El calentamiento global: una realidad, al mismo tiempo, presente y lejana

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El calentamiento global se refleja en la agenda política y económica de nuestra sociedad 

El cambio climático es protagonista de muchas de las crisis que hoy tenemos en nuestra sociedad globalizada. No solo estamos hablando de los daños obvios que éste le causa a nuestra casa común, también tiene implicaciones sociales, políticas y económicas.

El incremento de la temperatura en la atmósfera, el descongelamiento de los polos, el riesgo inminente que corre nuestra biodiversidad, la escasez de recursos naturales, entre otras problemáticas vinculadas al cambio climático, suponen retos que la comunidad internacional ha intentado asumir de cara al público.

Eventos como la COP 27, los objetivos de desarrollo sostenible y las agendas prometen cambios estructurales en nuestro modus operandi para intentar a toda costa retrasar lo que hasta ahora parece ser inminente. 

Nuestro papel en la lucha contra el cambio climático

Sin embargo, ¿por qué no hemos logrado sobreponernos a esta amenaza ambiental? Siendo conscientes de nuestra contribución al cambio o al problema, parece mínimo el aporte comparado con el de los gobiernos, las multinacionales, los millonarios con sus jet privados o las grandes petroleras.

Nuestra comunidad internacional parece estar afrontando las crisis derivadas del cambio climático sin que podamos siquiera participar de las soluciones. Es cierto que la prioridad de los gobiernos es evitar la inestabilidad económica y tensiones políticas en primera instancia.

La creciente demanda de energía y recursos ha provocado un aumento de la competencia y de los conflictos por el acceso a los recursos naturales. Sobre todo en regiones que ya son políticamente inestables.

Además, el cambio climático ha dado lugar al auge de las finanzas verdes, con inversiones en energías renovables y desarrollo sostenible. Lo que a su vez puede cambiar el equilibrio de poder en la política internacional y el comercio.

Afecciones del cambio climático en la geopolítica

Parece ser que los países vulnerables al cambio climático tienen más probabilidades de depender de la ayuda exterior. Esto se debe a que el cambio climático agrava problemas ya existentes como la pobreza, y la escasez de alimentos y agua.

Véase por ejemplo el caso de Haití —que cada año es azotado por un desastre natural diferente—, o de países africanos como Somalia, Kenia, Nigeria o Burkina Faso, donde las sequías se manifiestan en graves hambrunas. Sin embargo, la crisis climática no discrimina.

Países que se consideran parte del primer mundo como Japón, Canadá o Alemania, también están viendo cómo soportan olas de calor o los ciclones —en el caso de Japón. Es ahí, cuando afecta a los países ricos, que parece que prestamos atención. 

Cada día más naciones se quedan sin seguridad alimentaria, los precios de la comida se elevan, más personas tienen que migrar, las enfermedades tropicales como la malaria, o el dengue se esparcen con facilidad en el norte —afectando a España, por ejemplo—, entre miles de problemas que derivan a otros hasta convertirse en una bola de nieve imposible de detener para la sociedad en la que vivimos.

Los medios de comunicación

Todo parece ser algo que se nos va de las manos, y así también nos lo han hecho sentir los medios de comunicación. Cada desastre natural parece ser un hecho aislado, una obra de la naturaleza que sobrepasa nuestro entendimiento sobre el tema.

Diversos factores, como la complejidad percibida del asunto y la influencia de intereses políticos y económicos reducen la cobertura de noticias ligadas al cambio climático. Así nos enfrentamos a este panorama:  ¿Cómo es posible que el calentamiento global sea una realidad presente y lejana al mismo tiempo?

A lo largo de los años, la opinión pública sobre el cambio climático ha ido evolucionando. Cada vez son más las personas conscientes del problema y de sus repercusiones. Sin embargo, las opiniones sobre el calentamiento global varían según las regiones y los países.

Por ejemplo, en Estados Unidos hay diferencias partidistas significativas en la opinión pública sobre el cambio climático, con los demócratas generalmente más preocupados por el tema que los republicanos. Aunque, nuestra forma de pensar respecto al tema le concierne más a la educación que recibimos que a la ideología política a la que respondemos.

Dudas respecto a la participación ciudadana en la lucha

Hoy por hoy, las nuevas generaciones le han apostado mucho más al reciclaje, el veganismo / vegetarianismo, la moda sostenible, entre otras cuestiones que aportan el grano de arena. No obstante, la sensación de impotencia e incapacidad sigue estando bastante vigente. 

Esta situación arroja muchas dudas para la población, para las personas corrientes. Claramente las decisiones a gran escala no están en nuestras manos, y muchas veces ni siquiera estamos al tanto de lo que están llevando a cabo las grandes esferas del poder.

¿Será el negocio de la sostenibilidad lo que motiva a los gobiernos y empresas a hacer cambios?; ¿Serán los acuerdos internacionales, las conferencias y los planes de acción una estrategia que responde a la emergencia climática, o una que responde a sus propios intereses políticos y económicos?

Si hay algo evidente es que sea por dinero o por ética ambiental el mundo está orientándose hacia un cambio desde su estructura base y la cooperación internacional para lograr que el objetivo está más presente que nunca. 

Reflexión final

En definitiva, los cambios que se están produciendo en nuestro planeta a causa de la contaminación que por generaciones hemos producido se ven reflejados en las dinámicas, el orden y la agenda política de nuestra sociedad internacional.

Es probable que este hecho nos aísle más de la sensación de urgencia de actuar frente al cambio climático. Si bien las consecuencias del cambio climático llegarán al punto de afectar tanto la colectividad como la individualidad, ese momento —aún viéndolo de frente—, nos resulte ajeno.

Es momento de involucrarnos más en las decisiones que se toman en las instancias en las que parece que no tenemos control, y es también momento de exigirle a los medios de comunicación la cobertura adecuada de este fenómeno que cambiará, sin ninguna duda, la manera en la que funciona el mundo. 

El Mundo Ecológico / Carolina Serrano R