En el ámbito de la alimentación se ha utilizado de siempre envases de poliestireno, un material petroquímico altamente contaminante
Un grupo de científicos norteamericanos trabajan junto a la compañía Ecovative Design en el desarrollo de un nuevo material que podría tener el mismo fin que el plástico en la industria alimentaria. En la búsqueda de un sustituto en el uso de productos contaminantes como el famoso poliestireno y más precisamente en el ámbito de la alimentación, el nuevo material logrado a base de hongos no comestibles podría ser la solución sostenible en la fabricación de los envases alimentarios no renovables y procedentes del petróleo.
Como derivado del petróleo, el poliestireno es un compuesto sintético no biodegradable muy contaminante. Su incineración produce sustancias altamente tóxicas que generan graves problemas de contaminación y salud. El mayor peligro en el uso de este material es el que deviene al entrar en contacto con los alimentos o bebidas y juguetes infantiles. Menos conocido pero igual de peligroso es el fenómeno llamado migración, un fenómeno que ocurre en diferentes medidas con todos los plásticos y que implica la liberación de sustancias químicas del plástico al alimento, proceso que ocurre lentamente, pero se acelera si se calienta el plástico (en el microondas por ejemplo).
La compañía Ecovative Design, junto con científicos de la universidad de La Unión, investigan varias alternativas con productos derivados de los procesos agrícolas como son residuos de algodón, cáscaras de semillas de arroz, trigo sarraceno, avena, cáñamo y otros materiales vegetales así como con diferentes cepas de hongos. Todo este proceso investigador se lanza con la finalidad de encontrar soluciones más sostenibles en cuanto a materiales que se utilizan en el ámbito del envasado de productos en la industria alimenticia.
Los nuevos estudios realizados por el grupo de científicos revelan que la raíz de los hongos serviría como sustituto del poliestireno al ser un material biodegradable y representa una solución amigable con el medio ambiente. Según Steve Horton, biólogo de la universidad de La Unión se están “manipulando las cepas de varias maneras con la intención de lograr diferentes versiones de los hongos que se adapten a las necesidades».
En la misma línea de actuación, el consorcio europeo Adcellpack está desarrollando un innovador material de envase basado en materiales celulósicos, un proyecto de dos años financiado por el VII Programa Marco de la Unión Europea que cuenta con un presupuesto es de 1,4 millones de euros, y con el apoyo financiero de la UE. Esta iniciativa creará una solución totalmente sostenible, capaz de mantener la frescura del producto y garantizar su seguridad en contacto con los alimentos.
Según Eurostat, los residuos domésticos de envases de plástico en Europa ascienden a más de 15 millones de toneladas, de las cuales el 40% acaba en el vertedero y no son recuperadas o recicladas. El empleo de materiales celulósicos puede ser una excelente alternativa en la estructura de envase para sustituir a los que se utilizan actualmente en el envasado MAP.
Por su parte, el centro tecnológico ITENE acoge el 26 de marzo de 2013 la conferencia de difusión de resultados del proyecto europeo Traysrenew, que cuenta también con el apoyo del 7º Programa Marco de I+D+i de la Unión Europea.
En este evento se presentarán los principales resultados en la investigación y el desarrollo de una solución de envase para productos derivados de carne de ave. El objetivo de esta iniciativa se ha centrado en crear un innovador sistema de envase alimentario capaz de sustituir los materiales de envase convencionales basados en recursos no renovables.
Aún no se sabe a ciencia cierta cuándo podremos empezar a utilizar este tipo de material logrado a base de hongos como sustituto del poliestireno pero las investigaciones apuntan a que puede ser una buena alternativa a los productos derivados de la industria petroquímica.