En un esfuerzo por preservar la biodiversidad marina en el Mediterráneo, la Fundación Aula del Mar Mediterráneo (FAMM) y Mares Circulares de Coca-Cola han presentado el estudio «Bosques Sumergidos«. Este informe revela la crítica situación de la Posidonia oceánica, una planta marina esencial para el ecosistema pero que enfrenta múltiples amenazas, especialmente en la provincia de Málaga.
Hemos tenido la suerte de asistir en Málaga a la presentación de “Bosques Sumergidos”. Ahí hemos podido escuchar, de boca de diferentes expertos y científicos, la alarmante situación actual que vive la Posidonia oceánica, una planta acuática cuyas praderas son esenciales para el ecosistema marino.
La importancia de la posidonia para el ecosistema marino
Esta planta endémica del Mediterráneo es fundamental para la biodiversidad marina por muchas razones. Primero debido a su capacidad para absorber dióxido de carbono (CO2), lo que ayuda a mitigar el cambio climático. Pero también porque estas praderas son el hábitat para más de 1000 especies marinas.
Además de su gran valor ecológico, esta planta perenne es de las más longevas del planeta. De hecho, algunas tienen más de 100.000 años. También es de las más grandes, pudiendo llegar a alcanzar más de 8 km de longitud.
“La posidonia nos ha salvado muchas veces a lo largo de la historia”, afirma Juan Antonio López, presidente y director científico de la Fundación Aula del Mar Mediterráneo. “En el cretácico, tras la extinción de los dinosaurios, la temperatura era cinco grados superior a la actual y el nivel de CO2 era mucho más alto porque no había plantas. Las antiguas posidonias, que eran plantas terrestres, migraron y poblaron el mar y, desde ahí, consiguieron cambiar el clima del planeta y enfriar el planeta. Lo hicieron gracias a su enorme capacidad para captar CO2 y producir oxígeno. Y así, fue posible la repoblación».
Por eso, estas praderas son auténticos bosques sumergidos. Pero, tal y como hemos podido escuchar y se desprende del estudio, su supervivencia está en peligro.
«Bosques Sumergidos»
El estudio, realizado en 2024, analizó el estado de ocho praderas de posidonia ubicadas en Málaga, Granada y Almería. Los resultados muestran que las de Málaga son las más afectadas. “Las praderas ocupan un 20% menos de los que deberían por el clima en el que están y, en algunas zonas, la cobertura es ya un 60% menor y la regresión continúa”, lamenta Juan Antonio López.
La razón principal es la invasión del alga Rugulopteryx okamurae, originaria de Asia y que ha desplazado en gran medida a la Posidonia oceánica. Esta alarmante situación ha llegado a un punto crítico, ya que la competencia por luz y espacio ha reducido drásticamente la densidad de estas praderas.
Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia, destaca la urgencia de actuar: “A la vista de los resultados de este estudio, urge la necesidad de realizar medidas de conservación y restauración en aquellas praderas más degradadas”.
Otras amenazas de la posidonia
Juan Antonio López, presidente de la FAMM, destaca que “los seres humanos somos los principales causantes de su deterioro pero también podemos ser su principal esperanza de recuperación”.
Esta planta, a pesar de estar protegida en todos los ámbitos posibles, también se enfrenta a amenazas derivadas de actividades humanas como el anclaje de barcos, la extracción de arena o, ya en menor medida, la pesca de arrastre. Así mismo, también se ve afectada por el aumento de temperatura debido al cambio climático.
Durante el evento también pudimos escuchar a Gabriel Soler, director del Instituto de Ecología Litoral de la Comunidad Valenciana, quien comentaba que “si bien las praderas de nuestro litoral están mucho más estabilizadas o tienden a la expansión, también tenemos puntos en regresión por dos vías de impacto principales: el fondeo excesivo de embarcaciones, lo que arranca los haces, y por vertidos que enturbian el agua e impiden el paso de la luz que la posidonia necesita para sobrevivir”.
Proyecto piloto en Málaga
En respuesta a esta emergencia, y según nos cuentan en primicia Carmen Gómez-Acebo y Juan Antonio López, este año verá la luz un proyecto piloto de replantación de Posidonia en Málaga, específicamente en Marbella. Con él la FAMM busca crear un vivero de posidonia que, en el futuro, permita restaurar la biodiversidad marina y promover la economía circular. Un esfuerzo respaldado por Coca-Cola.
“Conocer el estado actual de la Posidonia oceánica es crucial para garantizar su supervivencia,” afirma Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia. “Su conservación es vital no solo para la biodiversidad del Mediterráneo, sino también para el bienestar de futuras generaciones que dependerán de un ecosistema marino saludable. Con estas iniciativas, aún estamos a tiempo de marcar la diferencia”.
Acciones complementarias de conservación
Pero el compromiso con la conservación de la Posidonia oceánica no termina aquí. La FAMM, a través del grupo “Creamar Mijas”, y en colaboración con “La red de protección marina y litoral”, está implementando acciones de voluntariado, formación y sensibilización sobre la posidonia en Mijas.
De manera paralela, Mares Circulares continuará recogiendo datos de las praderas con once nuevas inmersiones programadas para 2025.
También se ampliarán los acuarios del Aula de Economía Azul en Málaga para cultivar más esquejes de Posidonia y se seguirán realizando formaciones ambientales en centros educativos para aumentar la conciencia sobre la biodiversidad marina.
Sobre esto coincidieron todas las personas que participaron en la jornada. Concretamente, Manuel Merchán, director de la Asociación Chelonia, incidía en la importancia de “poner el medio marino en valor y sensibilizar a la sociedad”.
Mares Circulares: un compromiso que transforma
Este proyecto vio la luz en 2018. Desde entonces ha demostrado su compromiso con los ecosistemas marinos de España y Portugal.
Con la participación de aproximadamente 55.000 voluntarios, el programa ha logrado retirar casi 2,700 toneladas de residuos del mar, mostrando cómo la acción colectiva puede marcar la diferencia.
Pero no solo se centra en eso, también es fundamental cuidar las aguas interiores de ríos y pantanos. Solo así se podrá evitar que sus residuos acaben después en el mar.
Así, este proyecto impulsa innovación, economía circular y fomenta la concienciación para no solo tener que limpiar, sino también evitar que se ensucie a través de la concienciación ambiental.
La Posidonia oceánica es un símbolo del Mediterráneo y su conservación es esencial para mantener la biodiversidad y la salud de nuestros mares. Y dado que su futuro depende de nuestras acciones, es el momento de actuar.
