Esta semana empieza en Nairobi (Kenia) la XII Reunión del Consejo de Administración y del Foro Global de Ministros de Medio Ambiente del Programa de Naciones Unidas de Medio Ambiente (PNUMA). Entre los días 20 y 22 de febrero los ministros del ramo de más de 130 países se verán las caras en su cita anual para discutir los principales temas sobre la mesa en materia medioambiental.
Este año es además especialmente relevante porque en junio se celebrarán los 20 años de la Cumbre de la Tierra que tuvo lugar en Rio de Janeiro en 1992. Brasil, vuelve a tomar las riendas del proceso y ha organizado la Cumbre de Río+20 en donde se tratarán dos de las cuestiones centrales en el ámbito del medio ambiente, el crecimiento verde o green growth y la revisión del marco institucional en materia medioambiental, en especial el papel de Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El encuentro de esta semana servirá por tanto de reunión preparatoria para la Cumbre de junio, y tendrá especial importancia para España ya que se acaba de confirmar que seguirá ejerciendo la presidencia de este organismo en 2012, terminando así el ciclo de dos años que inició el anterior gobierno en febrero de 2011.
Y no es un hecho menor, ya que España jugará así un importante papel en 2012, cuando se tendrán que tomar decisiones clave para la gobernanza medio ambiental mundial como es la decisión del futuro del PNUMA. España, en línea con la posición de la Unión Europea, ya se ha mostrado a favor de transformar este Programa en una agencia de Naciones Unidas con mayor peso y capacidad de integración, coordinación y síntesis de todos los esfuerzos que se están llevando a cabo a nivel mundial en materia de medio ambiente. Y es una señal muy importante a dar en el contexto de la necesidad de poner la agenda medioambiental en el centro de la discusión económica, y de dar visibilidad de nuevo a una potencial avenida de desarrollo alternativa a las opciones que nos están dando (o no) para salir de la crisis.
Sigo estando convencida de la importancia de dar un giro en los patrones de desarrollo de los países a favor de nuevos modelos de desarrollo sostenibles y bajos en carbono, y la celebración de Rio+20 supone una clara oportunidad de volver a poner la sostenibilidad en primera línea económica, política y social. De cara a la preparación de Río+20, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, creó un Panel de Alto Nivel sobre Sostenibilidad Global en el que la ex ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, participaba. Este grupo de expertos mundiales ha presentado recientemente un informe que resume su trabajo del último año. Una de sus principales conclusiones es que sólo un modelo de crecimiento sostenible puede asegurar una vida decente en el siglo XXI para los niños que han nacido hoy. Un mensaje bastante claro.
Es fundamental que Brasil afronte la Cumbre de junio con una propuesta de acuerdo ambiciosa, fortaleciendo las ideas en las que se está trabajando con las aportaciones de los países, el sector privado y la sociedad civil, de cara a elaborar los resultados de la cumbre. Es necesario que en los próximos meses se trabaje en encontrar consensos alrededor de ideas como la elaboración de Objetivos de Desarrollo Sostenible, complementarios a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y un firme compromiso de los líderes mundiales a favor del crecimiento verde y el desarrollo sostenible. Ya ha quedado patente que indicadores económicos como el Producto Interior Bruto, no son suficientes para medir el bienestar de las sociedades, y la necesidad de tener en cuenta el valor de los recursos naturales a la hora de tomar decisiones económicas. El medio ambiente ya no se puede seguir tratando como un tema aislado.
2012 tiene que ser por tanto el año en el que la agenda medioambiental vuelva a estar en la primera línea. La cuestión es, hasta qué punto las necesidades inmediatas están dejando espacio para la toma de decisiones inteligentes a medio y largo plazo, y hasta qué punto el mensaje está calando en los gobiernos, el sector privado y la sociedad en general. En Davos, durante el último Foro Económico Mundial, parece que poco. En estos momentos la prioridad está en conseguir de nuevo crecimiento económico con el que crear empleo. La necesidad de reestructurar nuestras economías es inevitable, entonces ¿por qué no aprovechar y hacerlo bien esta vez, poniendo en marcha nuevas sendas de desarrollo que tengan sentido y sustituyan patrones de desarrollo obsoletos por nuevas opciones sostenibles? La activa participación de España al frente del PNUMA este año es una oportunidad para que este mensaje llegue a España.