Reforma del mercado eléctrico: el centro son las personas y el planeta

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La Comisión Europea publica propuesta para el mercado incluyendo propuestas de organizaciones ambientalistas

Tras la publicación de la propuesta de la Comisión europea para la reforma del mercado eléctrico, las organizaciones Ecodes, Fundación Renovables y Greenpeace, miembros en España de Climate Action Network Europe (CAN-E), advierten de que el único mercado eléctrico del futuro será el que ponga a las personas y el planeta en el centro.

Además, se espera que cumpla con el Acuerdo de París eliminando progresivamente los combustibles fósiles y la energía nuclear. El objetivo es impulsar un sistema eléctrico eficiente y 100% renovable, que reconozca el valor de la participación de la ciudadanía en un marco de transición justa y asegure el acceso a una electricidad renovable y asequible.

Las organizaciones, que el pasado mes de febrero enviaron sus observaciones a la consulta previa de la Comisión Europea, celebran que la propuesta recoja algunas de sus demandas.

Por ejemplo, la prohibición de cortes de suministro para personas vulnerables; el mandato para objetivos específicos de flexibilidad en los Planes Integrados de Clima y Energía de los Estados miembros; la aprobación de esquemas de intercambio de electricidad entre usuarios más allá de las subestaciones, entre otras

Mercados a largo plazo

Asimismo, las organizaciones valoran que se otorgue un rol más relevante a los mercados a largo plazo. Así esperan impulsar la implantación de las energías renovables y complementar los mercados de corto plazo encargados de dar señales para activar la flexibilidad.

Sin embargo, alertan de que la Comisión sigue poniendo en el mismo saco a la energía nuclear y las energías renovables. Ambas son consideradas como tecnologías “low-carbon”, lo que les concede acceso, por ejemplo, a las ventajas de los contratos por diferencia.

Las organizaciones también acogen con satisfacción la propuesta de que los Estados miembros diseñen o rediseñen mecanismos de capacidad e introduzcan nuevos esquemas de apoyo para promover la flexibilidad en la demanda.

No obstante, advierten de que es necesario reducir el límite de CO2 requerido para los mecanismos de capacidad gradualmente hacia cero. No seguir dependiendo del gas para aportar flexibilidad al sistema es el objetivo.

Deben primar los intereses ambientales y sociales

Las organizaciones insisten en que, con la reforma del mercado, no se deben acomodar solo los intereses económicos de cada uno de los actores energéticos; sino que también se tienen que incorporar los ambientales y sociales.

Precisamente el hecho de que las señales de todos los mercados energéticos no hayan incluido, hasta ahora, los impactos negativos de la quema de combustibles fósiles sobre las personas y el planeta ha provocado que la sociedad siga dependiendo de ellos lo que, a su vez, ha generado la crisis climática y de precios actual.

También, al no incluir el coste de la gestión de los residuos radiactivos de la energía nuclear, condenan a la sociedad a una tecnología insegura, cara e inflexible.  

Participación social en igualdad con las compañías energéticas

Ecodes, Fundación Renovables y Greenpeace reclaman también que toda reforma del mercado eléctrico reconozca el derecho de las personas a generar, usar, intercambiar y almacenar una energía limpia. Así se espera garantizar un acceso adecuado al capital, a la tecnología necesarios para su participación en igualdad con las compañías energéticas.

Para ello, es necesario asegurar un panorama estable y de confianza para las personas usuarias activas. Se debe minimizar la exposición a los riesgos de participación y reconocer los beneficios de los recursos de flexibilidad y energéticos distribuidos.

Las medidas del lado de la demanda (incluidos el ahorro energético y la flexibilidad, como, por ejemplo, el almacenamiento) deben valorarse como recursos con el mismo peso que los de generación. Además, deben incentivarse para reducir los picos de demanda y sustituir el papel “marginal”, pero muy costoso, del gas fósil.

Así se garantizaría que las personas usuarias sean quienes entienden y, al mismo tiempo, controlan sus facturas eléctricas, beneficiándose totalmente del efecto de abaratamiento del precio de la electricidad que tiene el aumento de la generación renovable.

El Mundo Ecológico / Fundación renovable