Con la llegada del verano, el uso del aire acondicionado se intensifica en oficinas y hogares. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en la calidad del aire que estamos respirando, aunque sigue siendo motivo de preocupación para los trabajadores españoles. De hecho, el 74% de los trabajadores españoles ha padecido diversos síntomas por mala calidad del aire en la oficina. Mejorar esta realidad es esencial para el bienestar y la productividad. Sin embargo.
El aire acondicionado puede ser un refugio contra el calor, pero también puede convertirse en un vehículo para la circulación de alérgenos, polvo y contaminantes. Estos pueden provocar problemas respiratorios, alergias y otros inconvenientes de salud si el sistema de ventilación no se mantiene adecuadamente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas que viven en ciudades pasan entre el 80% y el 90% de su tiempo en espacios cerrados. Eso genera numerosas infecciones y contagios, algo que genera mucha preocupación. Esto pone de manifiesto la necesidad de una gestión adecuada del aire interior.
Preocupación y consecuencias de una mala calidad del aire
Los síntomas más comunes reportados por los encuestados incluyen dolor de cabeza (49,2%), fatiga o cansancio (41,9%) y falta de concentración (27,4%). Pero los efectos de un aire interior pobre incluyen no solo síntomas inmediatos, sino también riesgos menos visibles como la exposición a partículas en suspensión. De hecho, la Agencia Europea de Medio Ambiente recomienda mantener los niveles de CO₂ por debajo de 1.000 ppm para proteger la salud.
Estos problemas no sólo afectan el bienestar, sino también el rendimiento laboral, pues casi el 90% de los trabajadores considera que una buena calidad del aire mejora la productividad.
Demanda de espacios laborales saludables
Sin embargo, y a pesar de la preocupación generalizada, el 75,8% de los trabajadores no dispone de herramientas para medir la calidad del aire según un estudio realizado por Airzone. Sólo el 23% de las oficinas cuenta con sistemas que permiten regular y controlar este aspecto.
El estudio refleja una fuerte demanda por parte de los trabajadores para entornos laborales más saludables. Más del 95% considera esencial trabajar en un ambiente con buena calidad del aire, y al 80,4% les gustaría que se controlara y mejorara en sus oficinas.
Esta realidad pone de manifiesto la urgencia de implementar soluciones inteligentes de climatización que optimicen el bienestar y la eficiencia energética.
Calidad del aire en el hogar
En cuanto a los hogares, el 96% de los españoles ventila manualmente, mientras que solo un 6,8% dispone de sistemas automatizados. Esto refleja la percepción de que abrir ventanas es el método más eficaz de ventilación, a pesar de los riesgos que esto puede implicar en términos de eficiencia energética y calidad del aire.
Soluciones para el futuro
Según afirma Antonio Mediato, CEO de Airzone, “los sistemas automatizados son clave para mejorar la eficiencia energética y la calidad del aire. Estos sistemas permiten activar la ventilación sólo cuando es necesario, minimizando pérdidas térmicas y reduciendo el uso de climatización”.