El crecimiento económico hace inviable la transición energética

72
energías renovables

Ecologistas en Acción realiza un informe sobre el requerimiento de minerales necesario para completar la transición energética

Las plantas de generación de energías renovables y baterías eléctricas son imprescindibles para la transición a un sistema energético sostenible. Sin embargo, dependen de recursos no renovables para su funcionamiento.

En el informe realizado po Ecologistas en Acción se aplica un modelo de evaluación integrada mundial para proyectar las demandas de minerales asociadas a las principales tecnologías energéticas de solar fotovoltaica, solar de concentración, eólica y baterías eléctricas en tres escenarios de futuro con el horizonte de 2050.

Un horizonte a 25 años vista en los que se debería haber realizado el grueso de la transición energética mundial. El objetivo es evitar los peores escenarios de impactos climáticos y desequilibrio de la biosfera.

Aunque algunas instituciones internacionales reconocen la problemática de la criticidad de los materiales, en general plantean que ésta podrá ser abordada mediante reformas que fomenten una economía circular. Así, se espera cerrar los ciclos y aumentar todo lo posible las tasas de reciclado mediante buenas prácticas y ecodiseños.

La demanda de minerales

El informe señala que, con un escenario de crecimiento verde, se dispararía extraordinariamente la demanda para suministrar minerales con los que construir infraestructuras de captación. Estas centrales servirán tanto para energías renovables, como para almacenamiento eléctrico.

Ello arroja dudas sobre la viabilidad de la transición a energías renovables tal y como se plantea actualmente desde las instituciones nacionales e internacionales principales.

El escenario de decrecimiento simulado en este informe, además de producir muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero, representa una opción menos intensiva en materiales. No obstante, todavía requeriría de una importante actividad minera para cubrir las necesidades de materiales que no están dentro de la economía, o que poseen otros usos.

En particular, no se evitaría la superación de las reservas estimadas actualmente para algunos materiales importantes como el cobalto, cobre, níquel o plata. Además de para varios recursos como indio, molibdeno, níquel, selenio y telurio.

Las conclusiones principales

Los resultados presentados en este trabajo tienen dos lecturas principales. Por un lado, la transición a las energías renovables incrementará la presión para la extracción de recursos mineros, con todos los graves problemas que el extractivismo acarrea en las poblaciones locales.

Una extracción que cada vez genera más residuos tóxicos ante la baja concentración en la que se encuentran en el subsuelo los minerales explotados. De hecho, la minería, en Europa, es ya uno de los sectores industriales que más residuos genera.

Por otro lado, la insuficiencia de las actuales reservas conocidas para cubrir la futura demanda de algunos de los minerales actualmente empleados incrementará las presiones para hacer avanzar la frontera extractiva a otras zonas. Esto está de hecho ocurriendo recientemente en la UE y España.

Ambos problemas serían mucho más urgente en el caso del escenario basado en el crecimiento verde.

Políticas de reducción de la demanda

En el estudio, Ecologistas en Acción propone una diversidad de medidas políticas que se podrían poner en marcha para reducir todo lo posible la demanda de materiales primarios. Y en caso de no poder evitarse, minimizar los impactos ambientales y sociales.

En este sentido, para reducir la demanda de extracción primaria de materiales se pueden aplicar varias líneas estratégicas de acción en las esferas sociocultural, político-económica, de consumo y técnica. Toda acción resultante en una reducción de la demanda de energía redundará en una reducción de la demanda de materiales.

Para la organización ecologista también es fundamental avanzar de cara a un sistema económico planificado sin depender del crecimiento económico. También, acordar un control democrático de la población proporcionado a los límites del planeta. Y a su vez, abordar cambios culturales adoptando costumbres con menores materiales y energía.

Tecnológicamente es imprescindible promover la I+D de tecnologías basadas en materiales abundantes, fomentar el ecodiseño y estandarización de productos para facilitar la reparación y reciclaje. Asimismo, la mejora de los procesos industriales para reducir el residuo durante la fabricación de piezas y equipos.

El sector de la gestión de materiales

Hay medidas concretas que se pueden implementar de forma inmediata en el sector de gestión de materiales. Por ejemplo, el incremento de las tasas de reciclado al final de la vida útil y establecimiento de contenidos mínimos obligatorios de metales secundarios en la fabricación de los nuevos dispositivos, o el fomento de la minería urbana.

También, la creación de empresas públicas que impulsen la industria de la recuperación y el reciclaje de minerales para afrontar el hecho de que hoy en día los metales vírgenes son más económicos que los reciclados. Así como medidas fiscales, restricciones al comercio internacional o medidas para controlar y limitar la extracción primaria.

En definitiva, la conclusión del informe es que solo a través de un decrecimiento económico y un avance significativo en la economía circular se podrá abordar la necesaria transición. Esto de cara a un sistema energético sostenible ambientalmente.

Pero ambas propuestas son insuficientes si no se transita hacia una economía planificada socialmente. Es necesario un control democrático del empleo de los recursos y una redistribución de la riqueza.

El Mundo Ecológico / Ecologistas en Acción