De la persistencia a la “sostenibilidad”

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De acuerdo con la Sociedad Española de Ciencias Forestales, la sostenibilidad es la “capacidad de los procesos de mantenerse indefinidamente sin agotar la energía ni los recursos de los que dependen”

Desde la Ecología podemos hablar del equilibrio entre las especies y su entorno, y dando un salto al ámbito humano podríamos definir la sostenibilidad como todo proceso que satisfaciendo las necesidades de las actuales generaciones no comprometa la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

Este término, acuñado en el mundo científico en el último cuarto del siglo pasado, sinónimo de sustentable, ha pasado al uso cotidiano en estos últimos años. Como ya ocurrió con ecología y sus derivados, o medio ambiente, biodiversidad o más recientemente, con cambio climático, los términos, que no los conceptos, han inundado el léxico habitual de nuestros políticos, comunicadores y un largo etcétera que abarca lo políticamente correcto.

Todo discurso o propuesta política que se precie debe llevar varios “sostenibles” a lo largo del mismo, dejando frases del tipo “[…] tal actuación medioambiental es ecológicamente más sostenible”, con ello parece que cubren todo tipo de posibilidades, incluso mejorando a aquellas otras actuaciones que “solamente” son sostenibles, éstas, en cambio, son más sostenibles.

¡Qué lástima!, lo que podía ser una buena práctica al acercarse la Ciencia a la toma de decisiones, en realidad queda en lo superfluo, en lo aparentemente estético o simplemente en lo banal y ridículo porque la realidad nada tiene que ver con la retórica.

Un proceso, sistema, etc, es sostenible o no, y podrá ser más o menos rentable, o eficaz o interesante, pero respecto a su sostenibilidad sólo deberemos tener dos posibilidades: SÍ o NO.

Mi ámbito de actuación profesional, de acuerdo también con mi formación académica, es el mundo forestal. Un sector forestal moderno entendido con cierta amplitud conceptual que incluye el desarrollo rural, los espacios protegidos, el uso público, la comunicación con la sociedad, además de la gestión integral de las masas forestales como fuente de riqueza directa gracias a sus producciones de madera, frutos, setas, caza, o fuente de energía o riqueza digamos indirecta como almacén de biodiversidad, lucha contra la desertificación, influencia en el ciclo hidrológico, fijación de CO2 y todo ello desde la empresa privada.

Aquí está mi relación con la sostenibilidad; en mi formación como ingeniero de montes. Es un principio básico y fundamental para gestionar masas forestales. Siempre hay que velar por la persistencia de la masa. Persistencia es el término forestal por antonomasia que desde hace más de 150 años se utiliza en la Ciencia y Técnica forestales para definir lo que hoy tan profusamente se utiliza como sostenible. Toda gestión forestal debe ser (tiene que ser) sostenible porque en caso contrario no sería gestión forestal. Pero hasta en nuestra profesión hemos caído en la trampa de las modas y los términos. Cada vez utilizamos menos la clásica “persistencia” y ya no se habla de gestión forestal si no es con el adjetivo sostenible. ¡Qué cruz!

Tras esta presentación prometo abordar en mi próxima colaboración temas de actualidad, independientemente de la sostenibilidad que nos digan que tienen.

Miguel Ángel Duralde Rodríguez

Ingeniero de Montes

Presidente de ASEMFO

El Mundo Ecológico