Competitividad de la nación española y construcción sostenible

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Lo que pueden hacer las empresas del sector privado La debilidad manifiesta de nuestra economía es un reflejo directo de que nuestra competitividad a nivel mundial es muy baja y esto es un gran problema. Dada nuestra situación política actual, unos piensan que la culpa es de nuestros políticos y otros piensan que es de nuestros empresarios, pero la culpa es como siempre, de los dos.

Pero la nueva perspectiva para restaurar la competitividad de la Nación Española radica en que los empresarios deben de gestionar bien sus empresas y a su vez se deben de basar en el ambiente empresarial de las comunidades en las que trabajan o “Lo Común” como vamos a denominarlo de ahora en adelante.

Los gobiernos nacional, regionales y locales tienen un profundo impacto sobre el estado saludable de “Lo Común” y deben de realizar su parte del trabajo muy bien, para hacer España atractiva para las empresas y negocios de todo tipo. Al mismo tiempo, las empresas líderes influencian a “Lo Común” sobre el cual ellas desarrollan sus actividades. Haciendo esto, estas empresas abren unas oportunidades muy valiosas: Cuando una empresa mejora “Lo Común”, a menudo aumenta su propia rentabilidad mientras que también, al mismo tiempo, mejoran las perspectivas de otras empresas que tienen su negocio radicado en España. Por tanto las empresas no deben de aceptar el ambiente empresarial existente como algo dado y pre-establecido por los gobiernos, sino que pueden y deben mejorar “Lo Común” de manera que aumenten sus propios beneficios en el largo plazo.

La Competitividad es crítica para el futuro de España, de tal forma que las empresas que operan y trabajan en España puedan competir con éxito en la economía mundial, al mismo tiempo que mantienen unos estándares de vida altos y en aumento para el ciudadano medio Español. El conseguir una cosa sin la otra, significa que realmente no somos competitivos. El conseguir que nuestra economía tenga unos salarios altos (que es lo que debe de tener) y siga siendo competitiva (que es lo que debe de ser) se conseguirá solo siendo España una localización altamente productiva, en la cual las empresas puedan crear productos y servicios innovadores y distintos y los pueda producir, fabricar, manufacturar y prestar de forma eficiente.

El equipo núcleo[1] de profesores de la Harvard Business School liderado por Michael Porter[2] ha identificado tres vías para conseguir restaurar la Competitividad: Perseguir la Productividad, Construir Conjuntamente “Lo Común” y las Empresas, y Eliminar las Acciones en Interés Propio.

Perseguir la Productividad

Lo primero y lo más importante es que las empresas deben de gestionar sus operaciones en España bien, persiguiendo vigorosamente la productividad y la rentabilidad dentro de las reglas puestas por la sociedad. En parte, esto significa el que las empresas posicionen sus actividades en España para aprovechar las fortalezas únicas de nuestra nación.

El daño ha sido considerable. En los ocho años del anterior gobierno, hemos pasado de ser la Octava Economía Mundial, casi siendo la Séptima, a ser la Doce y estar actualmente en ciernes de bajar mucho más, 4 posiciones perdidas, y estamos a punto de perder la posición 42 en Competitividad Mundial y seguir “descendiendo a los infiernos”. La Nación tiene que hacer algo para parar la caída.

Por ejemplo, fabricantes de mobiliario como “La-Z-Boy” y sus contrapartes españoles no pueden competir cara a cara con los fabricantes de muebles asiáticos de bajos salarios, pero si lo pueden lograr haciendo énfasis en la personalización, en la mayor calidad que proporcionan las características sostenibles y los plazos de entrega mas rápidos, que les puedan dar las habilidades de sus trabajadores en España. Al transformar una empresa sus productos, materiales y equipos a cumplir altos estándares de sostenibilidad, indica Aurelio Ramirez, Presidente del Spain Green Building Council, www.spaingbc.org, como por ejemplo los requeridos por LEED® (alto contenido en reciclados, materiales rápidamente renovables, maderas de bosques sostenibles, materiales con bajos contenidos en compuestos orgánicos volátiles, equipos y sistemas que ahorran agua y energía) logran eficienciar sus procesos de fabricación, emplear menos recursos y usar estos de forma mas eficiente, al mismo tiempo que logran mejores productos, con lo cual se posicionan y diferencian mejor en los mercados.

El gestionar una empresa bien en España no significa no salir al extranjero. Las empresas que salen al exterior mejoran su competitividad en España ya que penetran en mercados foráneos ofreciendo un mejor apoyo a sus clientes, adaptando sus productos a las necesidades locales y logrando unas logísticas más eficientes. Las empresas españolas que se expanden rápido en el extranjero suelen crecer más rápido en España (Santander, BBVA, Inditex, Mango, Abengoa, Iberdrola, Elecnor,…).

Estas empresas que están bien gestionadas, saben cuando devolver sus producciones a España, al detectar que los costes crecen en el extranjero o cuando averiguan los costes ocultos como; la baja productividad de los trabajadores de esos países, los problemas de baja calidad, la dependencia de mano de obra bajamente cualificada o la pérdida de la propiedad intelectual. La eliminación de la alta inflación anual de los salarios (por encima de dos dígitos), los altos costes de transporte intermodal por mar, los largos tiempos de entrega y los altos costes de inventario, son otros factores muy importantes que están en consideración para tomar la decisión de volver con la producción a España.

Loewe movió su producción a Sevilla después de estar unos años con la producción en el extranjero. FirstSolar, fabricante americano de paneles solares de tecnología ThinFilm está en un proceso de volver a llevar sus plantas de fabricación a Estados Unidos, totalmente robotizadas, con una altísima seguridad, integración vertical total (no venden sus paneles), desarrollan y explotan las plantas solares FV de principio a fin, cambian todos los paneles a los dos años, cuando han perdido el 20% de rendimiento, y los reciclan por completo en otros nuevos.  La mano de obra se mueve a segmentos de más alta especialización, mayor valor añadido y más sofisticación y por tanto salarios mucho más altos. Una educación secundaria, profesional y universitaria de mucha mayor calidad es necesaria.

La mayoría de las grandes corporaciones y muchas de las pequeñas y medianas empresas, por las anteriores razones, están haciendo sus edificios de oficinas y centros de producción (factorías y plantas) LEED®, sistema de clasificación de edificios sostenibles del USGBC, www.usgbc.org, en el nivel más alto PLATINO, ya que no solo ahorran entre un 30%-40% de los 50-60 €/m2 año que les suponen los costes de operación y mantenimiento, sino que incrementan su productividad, reduciendo el absentismo entre 1%-16% de los 2.500- 6.500 €/m2 año que les suponen la repercusión de todos los salarios y beneficios de salud, comida y transporte de los empleados de cada centro de trabajo. Tengan en cuenta que los anteriores costes suponen una repercusión entre el 70% en edificios industriales y el 90% en edificios de oficinas, de todos los costes del centro de trabajo. No solo eso, indica Aurelio Ramirez Zarzosa, Socio-Director de la consultora especialista en sostenibilidad y LEED®, Z3 Gestión de Proyectos, www.zeta3.com, sino que aumentan el valor de los edificios como activos al gastar menos por año, incrementando a su vez el valor para los accionistas y mejoran las relaciones con los sindicatos, al proporcionar mejores lugares de trabajo a sus empleados.

Hay estudios realizados por Carnegie Mellon, Harvard, MIT, Stanford, Notre Dame,… en donde se demuestra en edificios sostenibles LEED®,  incrementos en las ventas del 40% en centros comerciales, hospitales que los enfermos salen 2,5 días antes, industrias que producen mucho más y sucursales bancarias que tienen mejores resultados económicos.

Construir Conjuntamente “Lo Común” y las Empresas

Muchas empresas no se dan cuenta del impacto potencial que tiene en su propio éxito las comunidades en las que se asientan. Antes de la globalización las empresas invertían de forma natural en “Lo Común”, pero al llegar esta, la conexión se debilitó y muchas empresas se olvidaron de la importancia que tienen las condiciones locales para su propia productividad y crecimiento. Pero ahora un número creciente de empresas líderes se están dando cuenta y están redescubriendo el importante papel que juega el ambiente empresarial local. Están volviendo a aprender, que si en un lugar no hay habilidades necesarias disponibles, tienen o que cargar con los costes completos de formación de los empleados o cambiar el emplazamiento de la empresa a otros lugares en donde puedan encontrar mano de obra cualificada, a unos costes razonables. También, si en el emplazamiento no hay una adecuada base de compañías suministradoras, las empresas, como en el caso anterior, o cambian de emplazamiento o asumen la carga de los costes que supone traer suministradores de componentes, maquinaria y servicios de otras partes lejanas.

La buena noticia es que las empresas pueden fortalecer “Lo Común”, sin tener que esperar a que lo que hagan los gobiernos nacional, regionales o locales, siguiendo las siguientes vías, que son buenas para ellas mismas y para España:

Mejorar las Habilidades

Muchas empresas confían de forma pasiva, para crear su cuerpo de mano de obra cualificada, en los institutos de enseñanza públicos, programas técnicos vocacionales, escuelas de formación profesional y universidades y luego suplementan estas con programas de formación interna, pero este planteamiento no produce el talento que las empresas necesitan. A pesar de un desempleo nacional mayor del 25%, muchas empresas no pueden encontrar los trabajadores con las habilidades necesarias (sobre todo con una base matemática sólida y de ordenadores para operar, reparar y mantener máquina herramienta y los sistemas de agua, gas, electricidad y telecomunicaciones de los servicios públicos),  para rellenar los puestos de trabajo vacantes que necesitan.

Las empresas están empezando a colaborar directamente con las instituciones educativas asociándose con ellas y proporcionándolas; orientación curricular, tutoría, instructores, equipos e incluso instalaciones, de manera que las escuelas, colegios y universidades produzcan los trabajadores que a esas empresas les gustaría contratar.

El restablecer el sistema tradicional de aprendices de los gremios de nuestra edad media, coordinado con el aprendizaje escolar, parece ser la vía mas adecuada para mejorar las habilidades de nuestros muchachos. Siemens por ejemplo, está aplicando el sistema dual de formación profesional alemán de aprendices (33%-66%) de su Nación, con varios colegios de formación profesional de Estados Unidos. Seat (Grupo VW) está aplicando este mismo sistema en sus fábricas de España. La empresa Southwire  en la zona rural de Carrolton, Georgia, que tiene un muy alto porcentaje de fracaso escolar, ha invertido 2,5 millones de €, instalando clases en su propia factoría y en coordinación con el distrito escolar ha creado un programa de aprendices dual al 50%, corriendo el mismo riesgo de fracaso escolar que el sistema en el que se encuentran. Los resultados hasta ahora han sido esperanzadores; 21% han sido contratados a tiempo completos en la propia fábrica y 39% han ido a la universidad, un 60% de éxito encomiable. Los alumnos reciben de la empresa su salario por las horas trabajadas de aprendiz, igual que en Alemania. Las cámaras de comercio de Alemania y España han suscrito un acuerdo para implantar el sistema alemán dual de formación profesional de aprendices en las empresas españolas. La Comunidad de Madrid como pionera, a la cual han seguido otras, ha suscrito un acuerdo similar con las empresas de la región. El gobierno de la Nación Española ha recientemente legislado para favorecer este sistema a nivel Nacional. Las empresas lo ven como un medio para crecer y las personas como un servicio a la comunidad, pero con ello las empresas fortalecen “Lo Común” en sus comunidades.

Por otro lado indica Aurelio Ramirez, Presidente del Spain Green Building Council, www.spaingbc.org, muchas escuelas e institutos públicos de enseñanza se están haciendo LEED®, ya que al ser mejores lugares para estudiantes y profesores, el bienestar que generan en ellos, hacen que mejoren los resultados en los exámenes un 20%, aparte de ahorrar en agua y energía, como demuestran varios estudios de Universidades Americanas.

Aquí se ve lo importante que es recuperar, por los gobiernos central, regionales y locales, el sistema público de enseñanza Español mediante un cambio sensato a un sistema serio y de alta calidad escolar, profesional y universitario. Después de treinta años de un sistema que no funciona, la nación ha quedado dañada. España lleva ya muchos años ocupando los últimos lugares en calidad y los primeros en fracaso escolar (>33%) de la OCDE de la enseñanza primaria, profesional y secundaria, y no hay ninguna Universidad Española de prestigio por encima del grupo de las 300-400 mejores del Mundo. El desempleo de jóvenes menores de 30 años, supera el 53%, el mayor de la UE. La diáspora de los buenos, de los mejores, que salen de nuestras universidades a Alemania, EE.UU. Reino Unido y demás países, es contundente. La pérdida de potencia intelectual de España es manifiesta. Las familias que pueden, mandan a estudiar a sus hijos al extranjero desde el bachillerato. Los emigrantes del este de Europa no traían a sus hijos, debido a la pésima calidad de nuestra enseñanza. Hay que revertir este proceso.

Actualizar las Industrias de Apoyo

Las empresas se basan en “Lo Común” local para tener una red vibrante de suministradores y otros actores que les proporcionan apoyo. Muchas empresas desde hace mucho tiempo han visto a sus suministradores principalmente como adversarios en la negociación de precios. Quedando estas, por efecto de la reducción de precios, reducidas a tener unos márgenes muy delgados, con lo cual, los suministradores a menudo no pueden invertir en conocimiento e innovación, perdiendo sus contratos en favor de suministradores extranjeros. Esta atrofia de los suministradores también produce, hacia abajo en la cadena, una disminución y una relocalización de las empresas relacionadas.

Ahora mismo las empresas sofisticadas (John Deere, Caterpillar, Harley-Davidson) están encontrando formas innovadoras de mejorar sus redes de suministradores, ofreciéndolas; cursos presenciales, recursos online, personal dedicado a ellos y proyectos conjuntos que mejoran las habilidades para una fabricación más eficiente, en sus enormes bases de suministradores nacionales.

Estos programas proporcionan costes más bajos y más alta calidad a estas empresas, a sus suministradores y a los clientes hacia abajo en la cadena. Estos beneficios también se esparcen hacia otras empresas con base nacional que tienen acceso a esos suministradores. Las empresas encuentran grandes ventajas al tener a sus suministradores excelentes próximos – bajos costes de logística, rápida resolución de problemas e innovación conjunta más fácil.

Apoyar la Innovación y el Espíritu Empresarial

Muchas investigaciones muestran que la innovación contribuye en gran parte al incremento nacional de la productividad, y el conocimiento conseguido por una empresa frecuentemente se esparce a otras. El Espíritu Empresarial es también una clave para la creación de empleo. En EE.UU. las empresas iniciales (startups) suponen el 3% del empleo pero el 20% de la creación bruta de empleos.

La innovación, se refleja en el registro de patentes, que en España es muy baja (puesto 23 del mundo), en EE.UU. suelen tener unas 100.000 al año (1 patente cada 3.100 hab.), España en 2011 tuvo 1.909 (1 patente cada 23.500 hab.), mas de 10 veces menos, que está directamente ligada a la inversión en investigación y desarrollo por las empresas y a la inversión dedicada al capital riesgo. En EE.UU. por cada euro del mercado financiero hay diez veces más que en España, dedicado al capital riesgo.

Las empresas están ayudando a impulsar las condiciones para la innovación y el espíritu empresarial más allá de los límites de las mismas:

Financiando investigaciones y colaborando con universidades líderes mundiales sobre tecnologías importantes para su negocio. (¿Dónde están nuestras universidades líderes mundiales?).

Poniendo en conjunto, con otras empresas líderes de su industria, recursos financieros para investigaciones avanzadas de muy alto riesgo.

Estableciendo programas paralelos con otras empresas líderes mundiales relacionadas con la industria y con las universidades líderes mundiales.

Creando fondos de inversión que financian multitud de aventuras empresariales en todos los campos relacionados con sus productos y negocios, en todo el mundo

Desarrollando programas curriculares educativos online en espíritu empresarial, a nivel licenciado y máster, con universidades líderes mundiales.

Patrocinando premios empresariales para planes de negocio avanzados.

Estas inversiones generan directamente retornos para estas empresas y muchas veces las nuevas ideas mejoran o incrementan la demanda de las tecnologías, productos, servicios y equipos de estas empresas. En el proceso, el espíritu empresarial prospera en las comunidades, en donde están radicadas estas empresas.

Reforzar la Fortaleza Regional: Si las empresas trabajan de forma conjunta, pueden mejorar de forma dramática el ambiente empresarial de las regiones. Los grupos de empresas relacionadas pueden incrementar las capacidades en áreas tales como; el desarrollo de habilidades, la responsabilidad sostenible y la promoción de la exportación.

Por ejemplo, un grupo de grandes empresas de energía de una ciudad, junto con las empresas mayores empleadores de esa ciudad, el ayuntamiento, y ONGs se fijan como objetivo el que la ciudad sea un semillero para el desarrollo de las tecnologías relacionadas con la energía sostenible. Los primeros esfuerzos se centran en currículos universitarios, formación en especialidades laborales, y en la estimulación de la innovación, comprometiendo reducir el uso de la energía en el centro de la ciudad en un 20% en cinco años.

El apoyo de las empresas al desarrollo del urbanismo sostenible que favorece en un mismo ámbito territorial una mezcla de actividades y de usos menos densa, disminuyendo desplazamientos, favoreciendo la peatonalidad, reduciendo los costes de operación y de funcionamiento de las ciudades, e incrementando las tecnologías de la tecnología de la información, está incrementando la productividad de las empresas enclavadas en ellas.En otros casos, grupos de empresas con una base más amplia que la anterior, colaboran para mejorar los factores que afectan a todas las empresas y negocios como puedan ser; la educación pública, las infraestructuras y el desarrollo de las PYMEs.

Otra iniciativa es emprender acciones colaboradoras entre las grandes empresas de una región, el gobierno regional, los gobiernos locales y las universidades líderes de la zona, para mejorar la competitividad de la región incidiendo en la mejora de la educación, transporte, colaboración empresa-universidades y muchas otras acciones más.

Eliminar las Acciones en Interés Propio

Hay que parar y eliminar las acciones en interés propio de las empresas que debilitan “Lo Común”. En muchas de estas acciones a erradicar, están implicadas las relaciones con los  gobiernos de todos los niveles y el cabildeo de las empresas (gestionar con actividad y maña para ganar voluntades en una empresa): es decir cuando las empresas presionan a los gobiernos (nacional, regional y local) para conseguir permisos especiales, exenciones fiscales o regulatorias, están distorsionando la libre competencia y aumentando la complejidad regulatoria.

También hay que eliminar las acciones en interés propio de los gobiernos (nacional, regional, local) que hacen más frágil “Lo Común”, como son la miríada de regulaciones distintas a nivel regional y local, así como las regulaciones y leyes a nivel nacional con particularidades distintas de aplicación por zonas geográficas. La Nación Española no puede aguantar con criterios de rentabilidad y libre mercado; 19 zonas con regulaciones totalmente distintas y más de 8.200 ayuntamientos con particularidades locales.

Cada petición de una empresa que consigue un tratamiento distinto por la autoridad respectiva (nacional, regional, local) parece rentable para la empresa o sector industrial involucrado, así como cada nueva regulación diferenciadora del común nacional, implantada por los gobiernos (nacional, regional o local) es percibida como una ventaja para la autoridad respectiva. Pero lo cierto es que si consideramos todas ellas de forma conjunta en el contexto de nuestra nación, lo que han hecho es llenar de agujeros y huecos legales de exenciones fiscales la ley y reglamentos del impuesto de sociedades, además de plagar de un enmarañamiento, desorden, desarreglos y/o confusión de subsidios y ayudas los presupuestos nacionales, regionales y locales, y además producir grandes retrasos en leyes cruciales para muchos sectores y zonas de la nación.

Lo malo es que los esfuerzos de las empresas en conseguir una condiciones ventajosas para ellas respecto al gobierno respectivo (nacional, regional, local) y los trabajos de los gobiernos (nacional, regional y local) encaminados a crear regulaciones y leyes distintas y diferenciadoras según los territorios, hace que otros quieran hacer lo mismo. Los costes y complejidad global para hacer negocios en España se elevan en demasía, reduciendo la competitividad de las empresas. Mucho más importante que lo anterior, es que en el largo plazo, el cinismo publico erosiona el apoyo de la sociedad a las empresas y a los gobiernos (nacional, regional, local). Las empresas y los gobiernos (nacional, regional, local) deben propugnar las políticas y regulaciones que mejoran haciendo más simple y menos costoso el entorno empresarial y la unificación de normas y regulaciones a todos los niveles, en vez de perseguir las acciones en interés propio y en hacer normas y regulaciones distintas en cada territorio.

Conclusiones

Nos encontramos en un momento crucial para las empresas y la Nación Española. Nuestra competitividad ha disminuido muchísimo, mientras que la confianza de los ciudadanos en las empresas y en los gobiernos (nacional, regional, local) está quedando gravemente erosionada. Pero todo esto está interrelacionado y dependen unas cosas de las otras. Las empresas y los profesionales se van de España, el ambiente empresarial se debilita continuamente, mientras que al mismo tiempo nuestras multinacionales incrementan sus beneficios, y las oportunidades para los españoles disminuyen. De todo esto emerge una dinámica peligrosa que se manifiesta claramente en el discurso político disfuncional de nuestros cargos electos. La confianza en nuestras empresas y nuestros políticos disminuye, las políticas de los gobiernos van en contra y atacan a las empresas, las empresas y profesionales emigran de España, erosionando a su vez mucho más la confianza de los ciudadanos.

Las empresas han contribuido a agravar el problema, subestimando la importancia de “Lo Común” y los gobiernos (nacional, regional, local) han contribuido al empeoramiento del problema fracturando lo que debería ser un mercado con reglas y regulaciones únicas, en un mosaico territorial de normativas diferentes, contrarias y contradictorias. Esto es un gran fallo que impide la revitalización de “Lo Común” y las comunidades de población en España, socavando a su vez las oportunidades para el crecimiento y la productividad de las empresas.

La sostenibilidad aplicada por las empresas a sus edificios en donde manufacturan, productos, materiales y equipos así como prestan servicios de todo tipo se ha comprobado que es una muy buena herramienta para incrementar la productividad, ya que su implantación es un motor de cambio que consigue el triple resultado final: menor impacto en el medioambiente al consumir menos combustibles fósiles y al utilizarlos de forma mas eficiente perdiendo menos de ellos, al ser rentables para el que los construye, opera y mantiene, al consumir menos y tener unos gastos de operación y mantenimiento menores y al mejorar el bienestar de las personas que trabajan en ellos, reduciendo el absentismo, incrementando la productividad de los empleados y su retención.

Ahora es el momento adecuado para que las empresas lideren la restauración de la competitividad de España en vez de esperar a que el gobierno de turno haga algo. Cada vez más y más empresas están encontrando muy buenas oportunidades para restaurar “Lo Común” en formas que al mismo tiempo potencian su propio éxito. Al mismo tiempo que las empresas intensifican su acción en este nuevo y más amplio papel, permitirá cambiar la tendencia en el cinismo que amenaza al propio núcleo de la prosperidad de España.

Spain Green Building Council®

[1] Proyecto Competitividad USA de la HBS: Mihir Desai, Bill George, Robin Greenwood, Rosabeth Moss Kanter, Tom Kochan, David Moss, Nitin Nohria, Gary Pisano, Bill Sahlman, David Scharfstein, Willy Shih, Dick Vietor y Matt Wienzierl.

[2] Michael Porter: es amplia y justamente admirado por ser el “gurú” de la estrategia, más grande de todos los tiempos, ha influenciado a más ejecutivos – y a más naciones – que ningún otro profesor de universidad del mundo. Es autor de los importantes libros: Estrategia Competitiva, Ventaja Competitiva, La Ventaja Competitiva de las Naciones, En Competición, y lidera los grupos de trabajo: Iniciativa para el Centro de Ciudad Competitivo y Proyecto Competitividad USA. Escribe habitualmente artículos en la Harvard Business Review y en otras revistas especializadas.

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