Mis calzoncillos bio por Antonio Quilis

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Gracias suegra por haberte acordado de mi y regalarme dos paquetes de calzoncillos por el día de mi cumpleaños. Curioso regalo, pero tal y cómo está el entorno económico se agradece el detalle de recibir 8 unidades de prendas íntimas… Todavía me llama más la atención que me haya regalado una prenda interior elaborada con algodón orgánico. Sí, recibo unos calzoncillos biológicos, como los que me gustan a mi. Una prenda, marca blanca de una gran superficie, con mucho contenido en su interior…

Aunque pueda sonar un poco a sorna y puede que hasta alguna sonrisa habré arrancado a algún lector, estamos ante un tema muy serio. Además de la alimentación, otro de los factores que más despiertan la preocupación es nuestra segunda piel. Es el envoltorio que nos define, nos marca un estilo y nos protege. Las prendas están en contacto permanente con nuestro cuerpo, con nuestra piel, arropando hasta las zonas más íntimas.

No duden en imaginar cómo se producen los intercambios entre nuestro cuerpo y lo textil, sustancias que se adentran en nuestro organismo, como la de los desodorantes, e interactúan con nuestra piel. Cada vez más personas buscan prendas con sellos orgánicos sin ningún tipo de tratamiento químico para paliar o evitar alergias. Recientemente publicamos una entrevista a Rocío Herrero, emprendedora e impulsora de la marca eco ISSIE, en la que nos cuenta que son las mujeres las que más buscan este tipo de ropa porque son las más sensibles a los productos y padecen más reacciones a las prendas “convencionales”.

El regalo en cuestión llevaba colgando la etiqueta con el sello “textiles de confianza”. Un vistazo a la página de Oeko – Tex nos proporciona una idea de la cantidad de sustancias tóxicas que pueden alojarse en las prendas convencionales y ser susceptibles de ser hasta cancerígenas. Para proporcionar una razón más a este escrito aparentemente tan íntimo, no hay que olvidar que la industria textil es, tras el petróleo y el café, la tercera materia prima con más importancia global y pongo, como ejemplo, el impacto ambiental tremendo que se produce en China.

Otro detalle, que me da más razones para realizar compras con conciencia, es la mención en la etiqueta de mis nuevos calzones que me anuncia que el algodón está desprovisto de OGM (Organismos Genéticamente Modificados). ¡Ahí es nada!

Antonio Quilis Sanz

@AntonioQuilis

Director de El Mundo Ecológico